Poesía
Damián Andreñuk (Argentina)
Libertad salvaje
Simios excitados permanentemente
zombis que escupen odio denso
telarañas del miedo y la mentira
perversión minuciosa
voces desprovistas de luminosidad
profesionales en el lanzamiento de dardos con veneno
belleza plástica y decorativa
bestias voraces que nada digieren
vidas primitivas en torno a la entrepierna
quejas tan asqueantes como la cobardía.
La libertad salvaje en la cima de un grito
el dolor inexorable que rompe las caretas
el oxígeno de un bosque bajo las estrellas
el Cristo descalzo en la risa marginal
la orquídea enferma en la risa de la lucidez
las almas libres por fuera del gobierno de las computadoras
los corazones sagrados donde no muere la niñez
la poesía cargada de riqueza
las palabras poderosas que vienen del cielo
la galaxia de verdades que ofrece cada artista.
Anibal Malaparte (México)
Secretos
Cuando un secreto es tangible,
es decir, cuando existe físicamente,
hay dos formas de ocultarlo
la primera es guardarlos en una caja fuerte,
en una cabaña lejana, o un sótano no registrado,
la desventaja es que todos buscan sitios así,
otra opción es ocultarlo a plena vista
como si no importase (ni siquiera un poco)
colocarlo bajo el desuso y el polvo,
donde nadie se toma el tiempo de mirar,
la desventaja siempre será la falta de seguridad,
en realidad, ninguna de las elecciones es realmente confiable.
A veces la única opción para guardar un secreto
es destruirlo, y fingir ante tu conciencia
que eso jamás sucedió.
Anibal Malaparte (México)
Sonrisas incomodas
Sales a pedalear, es tarde, cerca de la noche,
disfrutas dar vueltas por el parque semivacío,
chocas con alguien con quien fuiste a la prepa
y que la última vez que viste,
fue poco antes de graduarse
recuerdas su cara, no su nombre,
se acerca y te abraza, afirma placer al verte
y cuestiona el tiempo transcurrido,
pregunta donde trabajas,
le dices que eres poeta
sonríe falsamente y dice alegrarse por ti,
es una especie de parasito reptante
(tiene al menos 40 kilos de sobrepeso,
dientes amarillos y harta joyería)
te dice que él es abogado, que ahora es rico,
que es prieto, pero se compró una esposa güera,
te da su celular, sigues sin recordar su nombre,
no importa, no tienes interés en llamarle.
Luis Gilberto Caraballo (Venezuela)
Amor de nubes
Parte XXV
Amor de nubes
con tu silencio
de barco efímero
y paisajes de lunas
lleno de viajes
sustraes del tiempo
aquellos dias
cuando íbamos
en la proa descubierta
y las estrellas cantaban
con los labios
mecidos
por el azar del viento
Amor de nubes
un contrapunteo de tus ojos
de acordes con el viento
bajo el plexo yace la voz
Amor de nubes
llenos de versos los ojos
repletos de flores
las pupilas
como gacelas
ágiles recorren
costas de mares
y quién sabe
adónde iremos
cuando al infinito
apenas lo puedo palpar
lo puedo oler
y con el ando en los pies
Amor de nubes
soy torpe con el tiempo
y más aún
con las distancias
pude pre existir
a esa torpeza
me hizo extraño en el dia
y esa extrañeza
la llevo conmigo
en versos que se pierden
van con las nubes
a la desmemoria
Amor de nubes
danzas
con la incompletitud de
las ausencias
de lo exacto
noches de vientos
y música sideral
cantan
en sus filos de navajas
la memoria desmorona
en puntos de estrellas titilas
con tu lengua extranjera
cuando en tu calma
la mar la haces
cielo sideral
mar olas
balbucean recitan
el verso a lo desconocido
Amor de nubes
aquel pedazo de mí
que flota en las nubes
y se aleja conmigo
a escuchar voces
tú que tiemblas
en la oquedad.
Amor de nubes
nubes frágiles como sueños
barcazas de cielos
aquel pedazo de mí
se aleja conmigo
a cantar el sueño de algún
delirio
Amor de nubes
eres pájaro
que se ha ido
es el otro
que no desea
estar más
atado a la razón
y cuando llora
la noche con su lluvia
lo siento que vuelve
anida y logramos
ver el cielo juntos
su cantar de estrella
su olvido del tiempo
Amor de nubes
grito sideral
estampa de olvido
traes conmigo.
Melissa Nungaray (México)
3 poemas
1
Desde hace un millar de siglos me inventaron,
la transfiguración del cuerpo se acrecienta
en el ciclo de la mariposa.
Han pronunciado mi nombre
en el silencio cristalino de la existencia.
Escucho que han cambiado mi rostro en el libro,
soy la pragmática alma efímera
de un millar de pensamientos colosales
dentro de los siglos.
2
Una palabra, tu palabra, nuestra palabra,
somos una lágrima de piedra ante el rostro de esmeraldas.
La lluvia de luz es la divinidad del reflejo,
se abre y avanza al atavío del viento,
flecha de serpiente,
eufórico nudo del abismo extrae la chispa del respiro.
En el Monte del Nimbus es factible el maullido de la flor,
boreales cisnes de la expansión acampan bajo la marea de la mariposa.
Solsticio de siete días para viajar en las protuberancias de algún cometa,
mar esencias en cada espacio de tu ausencia.
Desangraré lejos el cascabel de la luna,
me iré al vaivén de los frutos en el hervor de tus visiones.
3
El ritmo recuerda el origen
La canción está en el pulso de las aves.
En la noche resplandece el incompleto andar
del reflejo de los hombres con su áspero misterio,
aún la lluvia asciende.
Quiero guardar el mar perdido de la historia,
navegar en los días muertos,
subir el rostro al ciprés lejano,
desvestir el sol en la mirada.
Nadie sabe lo que guarda el brillo
de la eternidad y el sueño de la mujer que recorre
el lienzo de los peces muertos,
a donde el mundo junta los brazos terrestres
y el impulso del firmamento.
El ojo del mar va hacia la arena,
como el abandono de la flor y de los pájaros,
el arca entreabierta calcina los huesos
de aquellas islas de hombres olvidados.
El mar está aquí en los labios del presente,
los cuerpos están en movimiento sobre la arena
de la tierra blanca, aunada al floreo de la mariposa.
Los cuerpos fluyen en las venas de la tierra,
media luz al mar y estamos dentro.
Vendrán más a la danza,
la armonía azul pinta a los infantes.
Arriba del ojo alguien desliza el ritmo del mar.
El ojo del mar va hacia la arena
a donde el mundo junta los brazos terrestres,
los cuerpos están en movimiento sobre la arena,
los cuerpos fluyen en las venas de la tierra,
se escucha el tambor en la orilla.
Las olas a lo largo de la estrecha enunciación
de días futuros y pasados
abrazan la canción dispersa en el horizonte,
en la claridad de la luna y el acervo
que la noche oculta en el reflejo del hombre.
Perdimos el mar al nacer,
agua es el hombre
que viste al viento y a la muerte.
El oleaje eterno lo persigue,
el ritmo recuerda el origen.
Así la poesía, así el mar, así el hombre…
Lamar Fría (España)
Hoy no he escrito
Hoy no he escrito, me tumbo
en la hierba ¿qué será
conmigo?
¿Me comen
los escarabajos?