Reportaje

Entrevista con paulo villanueva, escritor chileno

Por María Canales

1. ¿Cómo empezaste a escribir, que te llevó a decir "quiero ser escritor"?

Tengo muy claro dos recuerdos que los considero fundacionales en mi amor por las historias. Una es en mi infancia y la otra, en mi adolescencia. Ambas registran mi necesidad y placer por escribir. A mis 7 años tenía un diario de vida, y recuerdo que anotaba en él ideas, pensamientos o sueños. Ya a los 12 años, en el colegio nos pidieron que escribiéramos una crónica de nuestro curso. Mi relato fue publicado en el anuario del colegio. Esa revista la leyó mi abuela Emelina, que le gustaba mucho leer, y una tarde estaba junto a una de sus amigas, a quien le había mostrado la revista y ella me dio un consejo: “escribe de todo lo que veas, de tu entorno, de lo que sea”. 

Por años, lo que escribía solo lo leía yo. Y es que me bastaba con ser el único lector de esas historias. Escribir para mi era habitar otro mundo, uno que se iba construyendo a medida que avanzaba la escritura y que no requería el reconocimiento de terceros. Esa otra necesidad, surgiría con los años.   

2. ¿Háblanos de tus estudios de escritura creativa, cómo fue ese proceso para ti?


Mi profesión original es Contador Auditor, si bien es una carrera que se asocia con números, en realidad es más con letras. Se lee mucho. Luego, en el mundo laboral, tuve la suerte de trabajar como auditor interno, lo que me significó escribir informes por más de veinte años. Eso te suelta la mano, aunque sean informes de auditoría, pero te mantiene el músculo de estar siempre escribiendo. En paralelo, ya estaban mis ganas de dedicarme a las historias. Mi primer intento fue con el cine, pero fue un fracaso y quedé endeudado y debí regresar a la auditoria. Pasaron  muchos años y fracasos, hasta que a mis 50 decidí que me dedicaría solo a escribir. 

Fue de esa manera que en plena pandemia me inscribí en un diplomado de escritura narrativa y tanto me gustó, que cuando apareció el Magíster me inscribí de inmediato. Ahora tengo el grado de magíster en escritura narrativa y es por lejos, lo que más he disfrutado como proceso de estudio en toda mi vida. Ojalá hubiera estudiado eso mucho antes, pero bueno, nunca es tarde.


3. ¿Qué es lo que más te apasiona al escribir?

Contar historias. Sean ajenas, inventadas o de la realidad. Hay algo en la forma en que uno conecta con otra persona o con un grupo, cuando te expresas por medio de historias. Si bien, dicen que somos polvo de estrellas, somos  a la vez historias. Nuestra vida la podemos resumir en historias, las penas de la vida son historias. Y lograr encontrar estructuras para hacer más atractivas las historias es algo que me gusta mucho. Por eso, siempre estoy intentando en dar con una forma nueva de contar.

4. ¿Cómo se ha unificado tus situaciones personales en lo que escribes? ¿te influye?

Siento que la vida personal es siempre material para escribir historias, pero te limita como escritor solo contar de tu biografía. Las historias de los demás son por lejos mucho más ricas en material. Por lo mismo, mis relatos tratan en su mayoría, en lo que a otros le ha sucedido, son historias ajenas las que siempre busco.

5. ¿Quienes son tus mayores referentes en literatura?

Me gustan mucho los escritores que exploran estructuras nuevas o las combinan. Lo mismo me pasa cuando eligen narradores atractivos para contar sus historias. En este último caso, me gustó mucho lo que hizo Fernanda Melchor en Temporada de Huracanes, el narrador que eligió para contar la historia le dio una fuerza increíble a los personajes y a la misma trama. Y también leo y analizo a Roberto Bolaño, quien en sus novelas explora estructuras, como cajas chinas, para contar una historia dentro de otra. La búsqueda y la digresión podría ser lo que busco en otros autores.

6. ¿En que estás trabajando, o que proyectos tienes para este 2024?

Me acabo de ganar un Fondo de Cultura para la creación de un libro del que he  investigado por dos años y que se relaciona con los vendedores viajeros. De por qué desaparecieron y de cómo consiguieron ser unos de los gremios mejor contactados en una época en la historia de Chile. Ese es un libro de crónicas y será terminado este año. 

En paralelo trabajo en tres novelas. 

Una que ya terminé el primer borrador y que ahora estoy en el proceso de edición. Es una novela de ciencia ficción juvenil. La escribí en el desafío de los Nanowrimo de noviembre 2023. Fue muy asombroso cómo cada día escribía un capítulo del que no tenia idea que pasaría. En ese aspecto, soy un escritor brújula, me dejo llevar por el momento y no planifico mis historias.

La segunda novela en la que trabajo está relacionada con una investigadora de tradiciones orales a quién le encargan dar con un pintor maldito, quien vivió en un pueblo que ahora está sepultado bajo las aguas de un embalse. Ese es una historia muy a lo Bolaño, ir tras un artista que te sirve para explorar un mundo y a la vez, hablar de otras cosas.

La tercera novela es de un barrio donde vive gente que ha tomado la decisión de esfumarse por un tiempo de sus vidas. Es un lugar donde se esconden y viven otra vida, mientras su vida anterior se normaliza. 

Las tres novelas las espero terminar este año 2024 y enviarlas a concursos literarios.

7. ¿Piensas que en Chile, es difícil ser escritor o conseguir algún reconocimiento, según tus experiencias?

Sí, es difícil, pero creo que el principal obstáculo es uno mismo. Terminar lo que uno empieza es el gran primer escollo. Consiguiendo vencer eso, ya puedes sentir que las cosas pueden jugar a tu favor. Los premios de cultura permiten darte un gran apoyo a este carrera de escritor que es compleja, y no sólo, en lo económico.

8. Me gustaría que compartieras con los lectores alguna experiencia dura, o de caracter negativo o positivo que te haya tocado vivir Cómo escritor.

La falta de disciplina es lo que más me ha afectado. Debería haber tenido novelas hace muchos años atrás, pero no las terminaba. Un poco el llamado síndrome del impostor y mucho de falta de rigor y no tomarme en serio como escritor. Dejar todo pendiente. Es una lucha en la cual sigo cada día lidiando. Por eso, el haber ganado el premio de cultura me sirve mucho, pues me obliga a terminar el libro. El libro de los vendedores viajeros se convertirá en el que le inyecte energía a todos los demás proyectos. Es como la electricidad que le dio vida a Frankenstein. Se requería de una gran energía para traer esos textos a la vida.